El tono de la voz
Objetivo
En este articulo hablaremos de como una correcta modulación del tono de la voz pueda ser un optimo instrumento de comunicación y de la gestión del grupo |
En estos meses nos estamos ocupando de comunicación eficaz. Mi objetivo, como he subrayado otras veces, es el de aumentar las competencias de los lectores, intentar que seáis mas conscientes de como habitualmente os relacionáis con vuestros chicos y, donde es necesario, cambiar para ser mas efectivos.
El tono de la voz forma parte de la comunicación no verbal, ni paraverbal para ser mas precisos. Este puede ser bajo, alto, casi perceptible, fastidiosamente exagerado...
Muchos entrenadores/educadores no se dan cuenta de cuanto alto o bajo hablan, y sobre todo no piensas en como el modificar el tono influya en la eficacia de la comunicación.
Sobre todo, es importante leer los feedback de nuestros jugadores para tener alguna información sobre como utilizamos nuestra voz: nos piden a menudo que repitamos las cosas? Nos dicen que no nos oyen? Muestran frecuentemente cara de no entender nada? ... No siempre la culpa es de su poca atención! Quizá somos nosotros que utilizamos un tono demasiado bajo que probablemente iria bien si estuviéramos en un pabellón; pero en un espacio abierto y con ruido (muchas veces hay otros equipos que se entrenan a la misma hora que nosotros, pasan aviones, trenes o tenemos calles llenas de trafico en las cercanías) es importante encontrar el todo adecuado de la voz de manera que los mensajes lleguen directos y claros. También cuando los jugadores estan ya distribuidos en el campo es necesario levantar el tono de la voz, además de colocarse en una posición adecuada.
Muchas veces, pero, sucede el problema contrario, los entrenadores gritan demasiado! Gritan para explicar un ejercicio, también si es la primera vez que lo proponen, gritan para repetir, gritan para corregir, gritan para dar feedback, gritan durante el partido, gritan en el vestuario durante el descanso (y si pasáis cerca del vestuario podéis tranquilamente tomar apuntes de lo bien que se oye todo!!!).
Mas alla del evidente esfuerzo físico y del gasto inútil de energías en muchas circunstancias, el hablar siempre alto hasta casi gritar presenta diferentes desventajas. Gritar nunca va bien: no va bien para nosotros, nos ponemos nerviosos y nos cansamos (aunque si no nos damos cuenta), pone nervioso a los jugadores, transmite la sensación de riña tan habitual para los jóvenes que normalmente son reñidos, a través del aumento del tono de la voz, en diferentes contextos: en el colegio, en casa y en el campo.
El gritar activa inconscientemente vivencias típicas de riñas: rabia, frustración, culpa, abatimiento, dependiendo claramente del sujeto y de su experiencia de vida.
Gritar, nos priva de un instrumento de gestión del grupo y del jugador muy eficaz. Si no gritamos siempre, cuando gritemos nuestro grito sera justificado, de hecho se convierte en un simple ''ruido'' de fondo; un poco como una mosca que al principio te molesta, y luego te acostumbras y no ya no le haces caso: los chicos se acostumbran a los gritos y no se dan cuenta que gritar en aquel momento es un modo para bloquear quizá algún comportamiento equivocado o peligroso (sobre todo cuando pensamos en los mas pequeños).
En virtud de lo que acabamos de decir, resulta mas eficaz estar en silencio improvisadamente cuando queremos que el equipo vuelva al orden cuando esta creando un poco de lio. (cuantas veces os sucede con los niños?!) Esto es porque los niños/chicos no estan acostumbrados a ver al educador en silencio, entonces se extrañan, y entienden nuestro enfado, e inician, uno por uno, a pararse y llamarse el uno al otro en un efecto domino para que nos entendamos. Os invito a probar esta estrategia que, para ser eficaz, tiene que ser aplicada con extrema coherencia y firmeza en el comportamiento.
Es, entonces, fundamental encontrar el tono adecuado de la voz, en base al momento y al contexto, y variar el tono dependiendo de los objetivos: lo levanto, por ejemplo, para capturar la atención del grupo rápidamente, poner el acento en un concepto fundamental, subrayar una palabra clave, reordenar al grupo, señala el cambio de ejercicio, etc.
Por otro lado, y concluyo, elijo bajar el tono para explicar con claridad un concepto particularmente importante o delicado, hablar a cada jugador acercándome mientras el grupo trabaja, dar calma y seguridad.