Escuchar atentamente
Objetivo
En este articulo reflexionaremos sobre el significado y sobre la implicación de la escucha autentica en respuesta a las necesidades de los jóvenes |
Cuando en el articulo precedente, a propósito de “altura adecuada” en relación con los jugadores, he hablado de Escucha auténtica y he pensado que sería oportuno pararse (no uso este verbo por casualidad) a reflexionar sobre que significa realmente y de que manera a menudo los adultos, entrenadores y educadores, crean de hacerlo sin practicarla en realidad.
Demasiado a menudo, a través de canales no verbales y verbales de la comunicación transmitimos explícitamente o indirectamente el mensaje que estemos solo oyendoles hablar. Pero, oir no significa necesariamente escuchar.
Los jóvenes (pero vale también para los adultos) tienen una gran necesidad de ser escuchados. A veces nos lo dicen abiertamente "Mister, necesito hablar..'', a veces, sobre todo los mas pequeños, los mas introvertidos o los mas problemáticos, nos lo piden por otros canales: a través de comportamientos incorrectos, lamentándose por dolores improbables o distrayendose con el único objetivo de llamar nuestra atención. Tenemos que ser atentos observadores y escuchadores para percibir las señales verbales, y no verbales de nuestros chicos que varían dependiendo de sus capacidades expresivas, de su grado de conciencia y de madurez
El educador tiene además que tener un gran respeto y paciencia del tiempo y de las necesidades de los jóvenes. A menudo el adulto banaliza el problema vivido por el joven, a veces sonríe por lo que le cuentan, tipo ''venga ya.... no pasa nada.... continua a entrenarte... se te pasara ya veras....'' liquidándolo rápidamente y olvidándose de que el chico vive el problema proporcionalmente y compatible con la edad y la experiencia (poca) que tiene. A veces el educador se olvida que a vivido experiencias similares a la misma edad que sus jugadores. Es entonces fácil caer en el error de banalizar las cuestiones explicadas y no ofrecer soluciones. De este modo solo se demuestra poca escucha, pero no permite al chico razonar y elaborar con su cabeza las soluciones a sus problemas. Esa experiencia no lo enriquece, no le hace ser autónomo ni lo ayuda a crecer emotivamente, social cognitivamente. El chico entiende luego, inconscientemente, que necesita siempre al adulto y que el solo no sera capaz.
Los chicos a menudo tienen ''simplemente'' necesidad de ser escuchados, de dar voz a sus emociones y vivencias de las cuales tal vez estan asustados porque son jóvenes e inevitablemente inexpertos. Tienen la necesidad ''simplemente'' de sentir que estamos alli para ellos y con ellos, la mayoría de las veces no buscan soluciones, si no comprensión y normalización. Quieren sentir apoyo y escucha sin prejucios y preconceptos.
Por el contrario les escuchamos (o asi creemos!) mientras estamos haciendo otra cosa, de espaldas, con prisa, asintiendo de manera automática, parándonos en la superficie cuando en realidad ellos nos estan comunicando muchísimo mas.
Si somos capaces de reconocer que nuestro joven futbolista tiene la necesidad de Hablar y de ser Escuchado empaticamente, es importante dedicarles un momento a ellos sin interrupciones y sin prisa. No es fácil, lo se. Mejor decirles que hablaréis mas tarde que fingir que les estáis escuchando haciendo que la confianza en ellos y en la relación disminuya. Podemos decir, por ejemplo: ''Veo que para ti es importante hablar de este tema, que te parece si al final del entrenamiento, o mañana llegas un poco antes, y nos hablamos un rato tu y to sin que nadie nos interrumpa?''
Nosotros adultos infravaloramos mucho lo que los niños sienten, los problemas que viven, pero sobre todo el enorme potencial de los jóvenes, su creatividad (también de en la resolución de los problemas), su capacidad de entender las situaciones y las personas, y esto ya desde una edad muy temprana. El típico ''igualmente no lo entiende'' que a menudo los educadores se dicen a sí mismos.