El clima emotivo de la relación entre los jugadores del equipo
Objetivo
Subrayamos la importancia del clima socio-relacional de un equipo el cuál es un componente esencial para que la experiencia deportiva sea más positiva y productiva para la totalidad del grupo |
Cuando se habla en el deporte de grupo, se hace prevalentemente referencia a conceptos como: cohesión, leadership, mentalidad ganadora, espíritu de grupo. Poco se subraya por el contrario la importancia del clima socio-relacional de un equipo componente esencial para hacer que la experiencia deportiva sea positiva para los atletas y productiva para todo el equipo.
Un grupo-equipo, de cualquier edad y categoría, desarrolla en su interior unas dinámicas típicas de los grupos de trabajo; más o menos espontáneamente se forman normas, roles grupos, leadership, cohesión, redes comunicativas, autoeficacia colectiva. Tales procesos se combinan luego con el conjunto de habilidades técnicas, atlética, táctica y mentales de todos los jugadores que, globalmente, constituyen el valor deportivo-competitivo de un equipo.
Un aspecto también importante, pero que en general menos estudiado y menos considerado por los entrenadores, es el clima emotivo-relacional que se desarrolla en el ''grupo'' en el arco de una temporada entera.
QUÉ ES EL CLIMA DE GRUPO?
Por definición, el clima de grupo es el resultado del conjunto de la percepción, de los sentimientos, de los comportamientos recíprocos adoptados por los componentes de un equipo. Estos factores determinan en el complejo en la atmosfera emotiva relacional que se respira en un grupo. Una atmósfera positiva permite a todos los jugadores desarrollar su propia actividad con un buen grado de bienestar de fondo y permite al grupo trabajar con tranquilidad los objetivos deportivos. Por el contrario la presencia de un mal clima, hostil, lejano entre los jugadores determina un fuerte malestar individual y un empeoramiento general del equipo.
Es necesario precisar que el concepto de clima relacional no tiene nada que ver con aquellas concepciones, según las cuáles para ser un verdadero equipo los jugadores tendrían que ser todos amigos fraternales. Es imposible que en un grupo de 15-20-25 atletas se creen relaciones de amistad profundas entre todos. Lo que por el contrario es indispensable es que tome forma entre los jugadores una sana relación de convivencia que permita a cada uno de ellos sentirse a gusto y satisfecho por pertenecer al grupo.
CUALES SON LOS COMPORTAMIENTOS BÁSICOS PARA UN CLIMA EMOTIVO POSITIVO?
Normalmente existen cuatro comportamientos básicos que permiten el desarrollo de un clima emotivo positivo dentro de un grupo. Son la aceptación, el respeto, el reconocimiento, y el aprecio reciproco y su significado puede ser sintetizado de este modo:
- Aceptación: aceptar a los compañeros con sus características, y su manera de ver y de sentir
- Respeto: respetar la identidad, la dignidad, y los derechos de todos los compañeros evitando cualquier tipo de ofensa
- Reconocimiento: reconocer a todos los compañeros, en virtud de iguales, como digno de consideración, apoyo y opinión.
- Apreciación: atribución de valor al compañero por su modo de pensar y su comportamiento
La adopción estable de estos comportamientos básicos en la interacción entre jugadores, produce generalmente una atmósfera relacional de fondo: placentera, tranquilizadora, productiva.
COMPAÑEROS DE EQUIPO DENTRO Y FUERA DEL CAMPO!
Los intercambios interpersonales entre los miembros de un equipo se realizan sobre todo en las situaciones exteriores al terreno de juego, momentos de gran relevancia en la experiencia deportiva de cada jugador.
Nos referimos por ejemplo al tiempo compartido en el vestuario antes y después de los entrenamientos; al tiempo pasado juntos durante los partidos fuera de casal a los momentos de grupo y a otras ocasiones extra deportivas.
Los atletas cuando están juntos exprimen las cualidades y defectos de su personalidad en formación. Por lo tanto en los grupos-equipo pueden tal vez verificarse formas de una sutil marginación de los mas viejos hacia los mas jóvenes, de los más buenos hacía los reservas, de los más exuberantes hacía los más tímidos, de los más dotados físicamente hacía los más pequenos. Tal vez de la broma se pasa a los actos, la tomadura de pelo se transforma en denigración, el error abre la puerta a los juicios de valor entre jugadores. Los jugadores, especialmente los más jóvenes, que sufren dichas dinámicas desarrollan con el tiempo un sentido de frustración que puede tener repercusión sea en el plano del rendimiento, y sobre todo, en el plano motivacional.
Solo vigilando estas dinámicas disfuncionales es posible reducir el riesgo de que se verifiquen situaciones más o menos duras de conflicto, aislamiento, tensión y malestar. Y es deber de los entrenadores tener los ojos bien abiertos, por que si estos fenómenos se activan dentro del grupo sin que se cancelen tempestivamente, además de comprometer la función formativa del deporte, minamos duramente la serenidad y la motivación individual, además de la cohesión, el sentido de pertenencia y, por ultimo, la eficacia misma del equipo.
Los entrenadores pueden controlar el clima del grupo de dos modos que son complementarios entre ellos:
- a través de una observación atenta de los comportamientos, de las comunicaciones, de los estilos interactivos entre los jugadores, sobre todo en los momentos fuera del campo.
- a través de la ayuda de una tabla de relevación de los momentos experimentados por cada componente en el grupo.
UN INSTRUMENTO DE VALORACIÓN ÚTIL: ''CÓMO ME SIENTO EN EL INTERIOR DEL GRUPO?''
Como hemos dicho antes cuatro de los comportamientos básicos que aseguran un clima emotivo positivo dentro del grupo. El entrenador para promoverlos tiene que trabajar con continuidad desde el principio de la temporada con sus jugadores de manera que poco a poco estos principios sean entendidos por ellos, reconocidos y practicados. Para que sean eficaces es necesario que el entrenador los ponga en el centro de la atención del equipo, los discuta, los prescriba y periódicamente los verifique directamente, proponiendo por ejemplo al grupo una tabla similar a la que presentamos a continuación (figura 1).
Figura 1
Este pequeño instrumento una vez suministrado (mejor de manera anónima), nos da una fotografía real del clima emotivo relacional vigente del equipo por que controla adecuadamente la percepción y los sentimientos experimentales del grupo y de cada uno de sus componentes.
En conformidad a los resultados será luego posible para el entrenador pueda hable con el equipo y corrija, donde aparecen, eventuales dificultades o insuficiencias en los estilos de relación de los jugadores, de manera tal de facilitar el mantenimiento de una buena atmósfera y una global condición de bienestar de grupo.
En conformidad a los resultados será luego posible para el entrenador pueda hable con el equipo y corrija, donde aparecen, eventuales dificultades o insuficiencias en los estilos de relación de los jugadores, de manera tal de facilitar el mantenimiento de una buena atmósfera y una global condición de bienestar de grupo.