Un entrenador con corazón
Objetivo
El entrenador tiene que ser, para el joven futbolista, no solo un guía en el campo, tiene que ser también un ejemplo de pasión y amor hacia este deporte. |
Hace ya diez años que me muevo en campos de futbol y respiro la vitalidad que emanan. Una energía que pasa desde la hierba hacia las botas de los jugadores, un sencillo objeto de cuero que entre los pies de los futbolistas se convierte en un corazón que late.
El corazón de un deporte maravilloso que es el futbol y que bate aun mas fuerte si lo practican los niños. El entrenador, es el alma del equipo, es el director de orquesta de los latidos que se registran en el terreno de juego. Su motivación para mejorar a sus jugadores llega al corazón de cada uno de ellos por lo primero que tiene que ser es un ''un entrenador con corazón''.
Es con la pasión, que pone en el futbol, con la que se dirige a sus jugadores. De esta manera es capaz de convencerles para que se impliquen y sacar lo mejor de cada uno de sus jugadores. Esto sucede porque el entrenador con corazón existe gracias a la pasión, al sacrificio y a la temeridad, que alimenta el futbol en estado puro, donde la victoria es una fisiológica ambición y la derrota es el preludio de un desafío aun mas grande. Aun así, viviendo el futbol desde mi perspectiva de psicóloga, no siento presente el corazón en todos los entrenadores ni la capacidad de entrar en el de los jugadores. Creo que cuando esto no sucede depende de muchos factores, muy a menudo escondido detrás del mister ''que sabe todo'' y critica a todos.
Reconozco a estos entrenadores por como mueven a los jugadores en el campo, que los ven como jugadores de un videojuego. Y estos entrenadores se cierran en su fortaleza de locura por ganar y inseguridades escondidas, a medida que pierden el contacto mágico que es capaz de transformar un partido en una batalla de vigor y tenacidad. La experiencia me dice que cada uno de nosotros puede mejorar y transformarse: la comparación y la condivisión son elementos que nos ayudan mucho a crecer.
La comparación y el dialogo son, en este caso, una gran oportunidad sea para los entrenadores que se reconocen como tales desde dentro, o sea para los que por varios motivos se han alejado de aquel latido vital que se siente con el balón cuando gira por el campo. Un latido del cual yo también, psicóloga en el futbol me he enamorado también de este deporte y hace cada día de mi vida mejor, gracias a la condivisión con los entrenadores.