Error: cambio de perspectiva
Objetivo
En este artículo hablaremos de la importancia de atribuir una etiqueta positiva a las cosas, en particular a la idea de "error" hasta que sea vivido de manera funcional y positiva. |
Afrontar los errores no es fácil para nadie. Para la corrección de los errores se necesita esfuerzo, motivación y determinación. El comportamiento mental con el que afrontamos la dificultad es fundamental. Es deber del entrenador poner en las condiciones adecuadas al jugador para que pueda vivir y ver el error como un paso natural en su crecimiento futbolístico y personal del atleta. Para facilitar este proceso es ciertamente útil la elección que realizamos respecto al nombre que decidimos dar a lo que está sucediendo. Este concepto vale cuando afrontamos un error como para cualquier otra cosa que tendremos que afrontar o ponernos en juego.
El error nos recuerda momentos de fracaso, de bloqueo, de interrupción de una acción que tiene que ser revisada. El error en los sujetos más frágiles puede ser desmotivante y crear una crisis en las pocas certezas que se tienen. Experiencias que ciertamente no ayudan a gestionar el momento de dificultad.
¿SE APRENDE CON EL ERROR?
El error de por sí, no siempre nos da indicaciones sobre cuál es el camino mejor a seguir.Cuando es necesario corregir el tiro para superar errores y elecciones equivocadas, entonces, es útil cambiar la perspectiva.
¡CAMBIEMOS LA ETIQUETA!
Es oportuno cambiar el término: esto significa ver el error como un objetivo que trabajar. El entrenador tiene que ayudar al jugador a llevar la atención hacia el comportamiento/gesto/táctica útil del juego, dirigiéndolo sin sustituirse a sí mismo. El error en este modo no es vivido de manera pasiva y desmotivante. Pensar en tener un objetivo sobre el que trabajar, en lugar que un error que corregir, nos estimula, da una dirección, motiva, aumenta nuestra determinación y, por consiguiente, la probabilidad de éxito.
El objetivo indica una meta a alcanzar. El error por el contrario, un obstáculo que superar o un limite que nos bloquea. Si lo pensamos, lo que sentimos pensando de una manera o de otra es completamente diferente. Volveremos otra vez al concepto de objetivo. Por ahora me limito a subrayar cómo el pensar en un objetivo sobre el que trabajar enciende emociones positivas y propositivas.
Con nuestros chicos, tenemos que hablar con estos términos si queremos ayudarlos a superar el obstáculo, si queremos que dejen atrás la idea de haber fallado y pongan su atención en la búsqueda de soluciones eficaces.
Entonces les podemos decir, por ejemplo, "Bien. ¡El error realizado será el objetivo sobre el que trabajaremos! ... ahora tienes un objetivo especifico sobre el que trabajar... no te has equivocado, estás aprendiendo que tienes un objetivo sobre el que trabajar... un desafío para superar esta dificultad y lucha para alcanzar la meta" ...
A menudo cuando se afrontan las cosas es solo una cuestión de conceptos. Los buenos entrenadores, dependiendo de la circunstancia y del atleta que tienen enfrente (edad, sexo, características de personalidad, etc) sabrán encontrar las palabras adecuadas a la persona y al objetivo del momento.